– La etapa del círculo: en primer lugar el niño se representa como un círculo, no como una parte concreta de su cuerpo sino como la representación completa de su “Yo”. Con el círculo el niño está estableciendo el límite entre él y el ambiente, diferenciándose así de lo que le rodea en una primera toma de conciencia de sí mismo.

– La etapa de la célula: el círculo evoluciona y se enriquece con nuevos círculos en su interior y con segmentos a modo de “cilios” que salen hacia el exterior, dando un aspecto de “sol” al resultado. Estos nuevos elementos serán los que evolucionen en las facciones y las extremidades que luego se darán en los siguientes etapas de la figura humana.


– La etapa del renacuajo: la célula se transforma ya en una forma más humana, a modo de ideograma. Primero suelen aparecer los ojos, la boca y las piernas, y más tarde la nariz, las orejas y los brazos. También es frecuente que se dibuje el cabello, más en las niñas que en los niños.


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